Prefacio


Desde que yo recuerdo, dibujar ha sido una de mis grandes pasiones. El poder crear personajes, hacerlos hablar, actuar y vivir en mundos imaginarios siempre ha sido un deleite para mí. Puedo pasarme horas enteras dibujando y divirtiéndome con todos esos mundos que salen de mi mente. La mayor parte de mi tiempo estoy generando trazos en cualquier espacio gráfico que me lo permita, lo mismo en servilleta de papel que detrás de los manteles de los restaurantes.  Siempre llevo conmigo un cuaderno de bocetos para dibujar lo primero que se me ocurra. Algunas veces surgen ideas no muy buenas  y otras son espectaculares. En todo caso, lo que más me gusta de mi trabajo es divertirme. Y me pagan por ello.
Elegí esta parte del diseño porque tuve una habilidad que cultive desde pequeño, viendo leyendo y escuchando cuanto podía tener a mí alcance. Verás, durante los años 70, en mi época de niñez y adolescencia, no había mucho material que pudieras adquirir como hoy en día: eran inimaginables las tiendas de comics, las computadoras personales, la web, por mencionar algo. Solo podíamos conseguir algunos cuantos títulos de historietas, nacionales y extranjeras, en los puestos de periódicos, ver las caricaturas y las series de ficción por medio de la televisión de señal abierta y tener la oportunidad de ver algunas películas en el cine. En las tiendas y comercios de mi barrio se vendían, por temporadas, álbumes de cromos a todo color de los personajes de moda de la televisión, animales, geografía o personajes y momentos de la historia universal. Un gran tesoro para los que estábamos ávidos de imágenes, de aprender de los ilustradores de la época y de descifrar sus maravillosas técnicas de trabajo. Un verdadero reto para un niño de diez años como yo.
Con ello viví y aprendí. Siempre dirigí mis esfuerzos a empaparme de más y ello me obligó, de forma muy divertida, a conocer personas y personajes que han sido, definitivamente, influyentes en mi decisión profesional.
Hoy en día, con el crecimiento global, el desarrollo tecnológico, con medios de comunicación más desarrollados y con un sinfín de elementos que hacen más llevadera nuestra vida cotidiana, se abre un gran abanico de propuestas y estilos gráficos. Numerosas carpetas de trabajo circulan por el internet, cientos de catálogos son editados diariamente para mostrar la masiva propuesta gráfica de diversos autores y de diversos países.  Ahora es posible conocer lo que la inmensa mayoría de artistas de distintos niveles de experiencia  desean comunicar. A mí me ha facilitado encontrarme en un inmenso mar de imaginería, una nueva forma de compartir y de comunicar ideas. Obviamente  yo también he emigrado, de ser un artista tradicional, a ser un artista digital.
Bien, entonces ¿por qué  hablar del diseño de personajes?  Esto se traduce como hablar de ideas. Y las ideas son la parte medular de cualquier cosa que desees crear.  Una buena idea siempre está presente en la mente de las personas, es vigente.  Así que el proceso de diseño trata sobre la generación de ideas.  Con este esfuerzo,  yo pretendo darle una mirada al proceso creativo y que obtengas la habilidad básica para poder representarlo.

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